Tokyo Nivel 0 (Retorno a Itaca)

Nomada por "herencia genetica", yo era un nativo de una "aldea" de 30.000 almas (Soria) buscando la salida de una megapolis de 30.000.000 (Tokyo) en donde mi Calypso me tuvo retenido durante mas de un lustro. Pero a diferencia del aqueo, cuando por fin zarpe de nuevo yo me lleve a la diosa conmigo. Buscando juntos el camino de Itaca hemos recalado en este puerto (Cambridge) que, la verdad sea dicha, no es mal sitio para fondear mientras se espera a que suba la marea.

lunes, 2 de octubre de 2006

El ataque de los tombis

No, no es una errata. Son Tombis y no zombis. No tienen nada que ver con los muertos vivientes sino mas bien con los pajaros vivos.
Un Tombi es una especie de halcon pequenyo que vive (o vivia) en las montanyas de Japon cerca del mar y se alimentaba entre otras cosas de peces. Digo lo de vivia y se alimentaba porque de un tiempo a esta parte parece que han decidido mudarse a la costa, para vivir a costa de los banyistas y ahorrarse asi la trabajosa tarea de cazar conejos, palomas y animalillos semejantes.
El caso es que en muchas playas de Japon hay carteles avisando a los visitantes de su presencia, lo que tampoco es que sea muy necesario dado que estas rapaces acostrumbran a sobrevolar a escasos 10 metros del suelo y son lo bastante grandes como para hacer sombra.
Los tombis patruyan los cielos nipones, ojo avizor del banyista despistado al que se le ocurre sacar el almuerzo de la mochila. En cuanto ven que esto ocurre, la rapaz cae con un picado en barrena que dejaria atonito al mismisimo von Richtshofen, y de un golpe se apodera de lo que quiera que el incauto tuviera en la mano. Logicamente con el susto del raid aereo, el banyista suele mandar a tomar viento el resto de lo que en esos momentos se trajera en las manos. Y justo cuando pensaba que el peligro ya habia pasado se da pronto cuenta de que estaba equivocado. Con una sincronizacion perfecta digna de la Luftwaffe, tras el ataque del "jefe", un ejercito de cuervos y gaviotas se arroja sobre los restos que hayan podido caer sobre la arena hasta dejarla limpia en un decir "Jesus".

El proceso completo es un autentico espectaculo. Una muestra mas de la simbiosis entre naturaleza y estupidez humana.

Claro esta que tambien puede uno, y de la misma manera que algunos viejos les da miguitas de pan a las estupidas y asquerosas palomas, puede uno pasar la tarde lanzando trozos de carne al aire y viendo la agilidad con la que los tombis los cazan al vuelo. Sale un poco mas caro, pero es infinitamente mas divertido. Eso si, recomendable utilizar un guante de cuero, por si al pajaro se le va la garra.

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